...y no exagero!
Todos los lunes acumulo una pila similar a ésta con publicidades de las diferentes tiendas, supermercados, droguerías, zapaterías y blablabla.
En mis primeros viajes a Holanda, la llegada de todo este material era una fiesta, ya que, con el cambio 1 a 1, todo me parecia regalado, y el lleve "3 pague 2"... satisfacía cualquier sueño burgués.
Más tarde, estrellada ante la realidad de mis bolsillos, y resignada a la idea de instalarme en este lugar, el cargamento se transformó en la ayuda básica para desarrollar mis habilidades ahorrativas. Don, que, según Jan, también tiene mi suegra: " descubrir las ofertas"
Pero.... una de cal y otra de arena.
Tanta montaña empapelada, y una Acacia amante de guardar y acumular sin orden, hicieron que Jan estallara en ira ...
No aceptaba la convivencia con los papeles! Quería pegar en el buzón uno de esos cartelitos que advierten al repartidor que semejante carga no es bienvenida!
Mi rápida reacción fue amenazarlo con el abandono de mis tareas de ecónoma. No me creyó. Pero él tampoco pegó cartelito alguno.
La semana siguiente llegó mi preciado cargamento. Lo leí a hurtadillas y lo dejé cuidadosamente en la caja de PAPEL VIEJO
Jan, durante la semana, y como de costumbre, empezó con su interrogatorio sobre ofertas de cerveza, papitas fritas, carne picada y demases.
Yo con el dedo le señalaba el lugar donde encontraría la respuesta a sus preguntas; el montón apilado en la caja de papeles viejos.
Por supuesto, no se tomó el trabajo de abrirlos, el hecho de ver tanto papel junto le causaba pánico.
Esa semana, las compras fueron más costosas. Jan estaba desorientado, no tenía lazarillo que lo guiara a las góndolas doradas, aquellas de las ofertas imposibles...
Entonces aflojó, reconoció que la montañita de papeles formaba parte de nuestra vida.
Y entonces aflojé, reconocí que habria al menos que tratar de buscar una solución más allá de la caja del papel viejo.
Juntos fuimos a comprar una caja de ratán, que por supuesto, yo encontré " de oferta"
Juntos la pusimos en el living ( la sala) detrás del sillón.
Guiye, que nació un tiempo después, sabe que todos esos papeles que alguna vez mamá se "olvida", sobre la mesa ratona tienen que ir dentro de la caja de ratán. Los encuentra, y se encarga de tirarlos
Acacia, todos los lunes, intenta vaciar la caja marrón y transporta los papeles al depósito de PAPEL VIEJO
Y Jan, el primer lunes de cada mes, acarrea las pesadas cajas llenas de papelitos a la calle.
Porque el primer lunes del mes, pasa el camión de recolección de papeles viejos para reciclar.