9 de enero de 2010

El cumple de ACACIA


Es la primera vez que posteo una foto personal sin ninguna edición.Salvo el crop.
Es que tengo ganas de que conozcan a Acacia, la auténtica, mi abuela. Mami, para los hijos y nietos.
La nenita soy yo, y dejé el detalle de la torta, por la bandera. No recuerdo si se trataba de mi cumple o tal vez del 25 de mayo.

MAMI, española. Acacia de segundo nombre. Nacida en la zona de Huesca. En algún año rondando el 1890. Siempre fue un misterio. Guardaba esa fecha como el secreto más profundo.
Coqueta y buenamoza hasta el último día.
Vino de muy chiquita a Argentina, con sus padres y una gran cantidad de hermanos y hermanas, todos mayores que ella.
El padre venía como Procurador o algún otro cargo importante de la época. Y hace muy poco empecé a atar cabos y a investigar y llegué a la conclusión de que no sería nada raro que hubiera sido miembro de alguna logia masónica.Y por eso Mami ligó ese nombre.
Se radicaron en el sur del país, ahicito donde comienza la Patagonia, y donde los vientos se encargan de hacer volar lo impensable
Llegaron por la puerta grande, y ella disfrutó de un gran bienestar económico y social. Fiestas, cocheros, mucamas, y todo lo que quieran imaginar.
Dicen que tenía muchos pretendientes. Y ella "correspondió" al hijo de un adineradísimo inmigrante italiano. Con la piel algo más oscura, según dicen, influencia de una madre autóctona patagónica. (cosa que los nietos y bisnietos morimos por descubrir...por el orgullo de que también nos corra sangre americana de origen)
Y siguió la buena vida para la pareja, él trabajador y generoso. Ella cuidando a sus tres hijos, seguiditos los tres.Y con su vida social y sociable. Y para más orgullo, haciendo beneficencia de la que no se publica, perfil bajo pero activo. Y eso sí me consta.
Pero llegó la crisis del 30. Y mis abuelos, que para colmo también se habían hecho cargo de la costosa educación de los 7? sobrinos, hijos de una de las hermanas de Acacia, fallecida en el parto del último,  a los que en su mayoría mandaron a estudiar a Buenos Aires, comenzaron a perder todo. Y en ese momento, con los otros hijos ya casi adultos, Acacia quedó embarazada. Como ocurría generalmente, llegaba un bebé cuando nadie se lo esperaba.
Y esta vez Acacia estaba leyendo un hermoso libro, y en sus personajes se inspiró para bautizar a mi mamá.
Nada de ponerle nombres ancestrales que fuera a odiar durante toda su vida.
Luego llegó el momento de que el viento se llevara casi todo menos la fortaleza y la garra de trabajo de mi abuelo, que consiguió un puesto público en la ciudad de Buenos Aires.
Y allí se mudaron. A pisos grandes pero alquilados. Con hijos noviando o a punto de casarse. Con una gurrumina* que amaban.Y con sobrinos que los querían y visitaban.
Ya no más cocheros, mucamas, cocineras. No más.
Y gracias al trabajo y constancia, pudieron comprar un departamentito. Living comedor y un dormitorio. Siempre lleno de afectos.
Acacia cocinaba muy bien y no se le "caían los anillos" por nada. Todo lo contrario, siempre estaba TODO de punta en blanco. Impecable, inmaculado. Y ella coquetona, perfecta. Sabía que siempre alguien iba a caer de visita. Conservaba amigos también de las épocas de bonanza.
Con la gurrumina tenían un lazo inquebrantable. Unico. Que tuvo continuidad en su hijita. (yo)
Todos los días la íbamos a visitar. Después del cole. Ella siempre sentada en su sillón trono, cerca de la entrada del departamentito. En ese época las puertas no se cerraban. La puerta de la casa de mi abuela siempre estaba abierta. Su especialidad era recibir. Ahora me doy cuenta: no era de esas abuelas que llevan al parque o van a cuidar a sus nietos. Ella era la que convocaba, y con placer íbamos a verla.

La cocinita era diminuta pero todavia me acuerdo de las latas con galletitas que siempre tenía guardadas en especial para mí. Las ROCOCO !!!
Me prestaba sus perfumes y me dejaba mezclarlos, como alquimista buscando la perfección.
Fui siempre su mimada.
Me sentaba en sus faldas y me leía cuentos.
Disfrutaba cuando yo le cantaba "Chiquitita", la de ABBA.
Yo tenía 14 años cuando dejé de poder besarla. Ahora ella me besa a mí, cuando ella quiere, y seguramente a mi Guiye. Porque él, sin dudas, la conoce.
Y me extendí tanto, tanto, que en lugar de publicar el post el día de su cumple, va a salir al día siguiente!
*chiquita

15 comentarios:

Bek dijo...

Hoy 9 de enero también sería cumple de mi abuelita sabes?
es hermoso como recuerdas a Acacia original.

Roze dijo...

Me hiciste acordar de mi abuelita :( no compartí con ella mucho porque estaba chica cuando se fue y además siempre viviamos lejos!

Que hermoso relato Acacia II

Beso

Gabriela dijo...

Cuanto afecto en tus palabras, que lindo que lo contaste

que tengas buen finde


Cookie

Paulys dijo...

Hay mi querida Acacia!! si yo escribiera un post de mi abuelita seria muy parecido. Yo la deje de besar a mis 12 años, pero en cada momento de mi vida siempre estubo, recuerdo mi primer dia de facultad, subi las escaleras y recordaba sus palabras, vos tenes que estudiar, y asi siempre. Mi hija Guada tiene su fortaleza y espiritu, mi hijo Agus su color de ojos y mi hija Emma Victoria su nombre. Te quiero mucho!!!

Mariela Torres dijo...

¡Qué lindo! Es una hermosa historia, y me gustó conocerla.

Besos.

Las Tartas de Mariana dijo...

que lindo post Acacia...siento que te animaste a escribir...abiertamente lo que sentías! me encantó! adelante!!!!
besos desde Algeciras!
Mariana
má x 6!

Marce dijo...

Que lindo Acacia! Ignoraba el por qué del nombre. Estoy de acuerdo con Mariana y me sorprendiste. Siento que te estás abriendo y es muy importante sabés? Yo creo que si.
Para mi es un crecimiento, una evolución del alma y en estos tiempos para mi es muy importante ser testigo de ésto.
TQM!
Cada día que pasa, la vida me demuestra que nada es por casualidad sino causalidad.

Besote grande grande!

Abrazo de oso super fuerte!!!

Acacia dijo...

Gracias a todas por haber dejado algunas palabritas!
Marce, ya sabés que me estoy abriendo de a poco, de a poquito...
Veremos hasta dónde llego...

Ainhoa dijo...

Qué historia tan bonita. No sabía que Acacia era un nombre, estaba convencida de que era un nick.

Acacia dijo...

Hola Ainhoa!
Si, un hermoso nombre... nada común...

露水 (lùshuǐ) dijo...

Hola Acacia, pasaste a dejar un post en mi blog y aquí estoy correspondiendo la visita, y esperando que este intercambio de post se vuelva una pequeña tradición. Que bonito tu relato, yo tengo la fortuna de todavía contar con mi abuela, a quien quiero y respeto con todo mi ser, y aunque este físicamente lejos de ella, la llevo siempre conmigo. besos. xoxoxo

Acacia dijo...

Bienvenida Lushui....
Afgesproken!

Anónimo dijo...

que lindo recuerdo, y que lindo lo contás. Me hizo acordar a mi abuela, no por la manera de ser de la tuya, la mía era distinta, pero por su presencia. Era divertida, generosa. Murió cuando yo tenía 32 y ella 96, conoció y mimó a mis hijos, y muchas veces, la extraño! y lamento no haberle podido decir a tiempo lo mucho que la queria!.

un beso

Abril dijo...

La infancia es un libro escrito con tinta indeleble; para bien o para mal, pero indeleble al fin.

Miro la fotografía y el parecido físico no deja de asombrarme. A quiénes veo? A vos y a Guiye. Salvando la distancia, la época y la moda de antaño, me parece estar viéndote, estar viéndolos a los dos.

Cuánta ternura hay en tus relatos. Y en cierta medida me alcanza un detalle: Mariana, mi abuela materna tampoco era abuela de llevarme a la plaza o jugar conmigo, tenía problemas para caminar sin ayuda. Era visitada por toda la familiaa. Ella, que no sabía leer ni escribir en castellano, me contaba con infinita paciencia, historias de su vida en el Líbano, me dejaba recorrer con mis dedos el enorme tatuaje celeste en su arrugada mano derecha; tatuaje que se me antojaba una corona. Me enseñaba a rezar en árabe, a contar números... me hacía reir con su castellano a medias.

Volviendo a tu abuela, es muy lindo todo lo que contás, porque es tu corazón el que habla. Ella está unida a vos por lazos fuertes e inquebrantables; y no dudo que estará orgullosa de vos y de Guiye.

Ojalá Guiye forme lazos profundos con su abuela, así como los tuyos con Acacia.

Gracias por compartir esta parte de tu vida con nosotros. Tu abu sonríe agradecida.

Acacia dijo...

Nada: la disfrutaste a full entonces... y muchas veces no es tan necesario DECIR las cosas, si es que cubriste esa falta con besotes y abrazos u otros gestos de amor!

ABRIL!!! Ay...cómo te quiero!
Las cosas que escribis en estos comentarios del blog...Che, de veras que te recordamos un poco físicamente a esa imagen?
A veces yo me veo muy parecida a ACACIA ( en el rostro), pero en esta foto no.
Y el Guiye...,si, es una gotita de agua conmigo cuando le conviene...
Y creo que te consta que el Guiye ha forjado un vinculo hermoso con su abuela.
Hermoso lo que contas de la tuya. Un tatuaje celeste? Algo fuera de lo comun o es habitual en libaneses?
BESIN